Teniendo la excusa del día del libro he querido seguir la tendencia general de dejar por aquí algunas recomendaciones, pero a diferencia de lo que se suele hacer por estas fechas, he decidido no poner ninguna novedad. En vez de eso, voy a aprovechar para reciclar un post que se me quedó en el tintero a finales del año pasado: para este día les traigo doce lecturas que hice en el 2015 y que considero que todos ustedes deberían leer. Muchas de ellas pueden parecer obvias, pero como hace tiempo dejó de importarme el hecho de que todos sepan que he llegado «demasiado tarde» a determinadas obras, creo conveniente dejarlas caer.
También debo lanzar una pequeña aclaración: los doce títulos que conforman esta lista de hoy no conforman ningún ránking; han sido puestos en estricto orden cronológico según la época en la que los fui leyendo. Algunos de ellos fueron novedades, otros sin embargo son títulos que ya llevan tiempo publicados pero que sólo en el 2015 pude leer por primera vez. Tampoco son necesariamente los mejores que leí, pero sí son aquellos que me impresionaron más y unos en los que sigo pensando mucho después de haber pasado la primera página.
Advierto además otra cosa: muchos de estos títulos están en inglés y en alguno que otro caso no hay una traducción al castellano (al menos que yo sepa), pero todos valen la pena. De eso pueden estar seguros. Y ahora, sin más preámbulo:

1. El espejo (F.A. Real H.) Esta antología de relatos fantásticos está escrita por Felipe Real, autor chileno probablemente más conocido por ser uno de los nombres detrás de la web Fantasía austral. Es un libro de corte clásico que parte de un imaginario muy rico y que sorprende por el delicado balance entre el apego a sus referentes más obvios (principalmente los autores de la fantasía pre-Tolkien) y la creación de un universo propio. El libro está disponible sólo en formato electrónico, eso sí.

2. The Well at the World’s End (William Morris). 2015 fue el año en que leí por primera vez El pozo del fin del mundo, una de las obras fundacionales de la fantasía moderna, y evidentísima fuente de inspiración para Tolkien, C.S. Lewis, y otros muchos más. La traducción del título me la he inventado porque a decir verdad no tengo ni idea de si se ha publicado en castellano o no. Si saben inglés pueden conseguir un ejemplar electrónico gratuito en la web de Project Gutenberg, ya que felizmente la obra es de dominio público. Debo advertirles, sin embargo, que es una novela larga, con muchas subtramas y personajes, y deliberadamente escrita en un inglés pseudo-medieval, por lo que no es nada fácil de leer.

3. Kali’s Children (Craig Allen). En el 2015 leí un montón de libros autopublicados, tanto en castellano como en inglés. Y pese a que me llevé muchas decepciones, fue en este inabarcable mundo donde encontré Kali’s Children, y ciertamente valió la pena entrar en ese universo sólo por descubrir esta pequeña joya, un auténtico libro pulp de aventuras espaciales y un planeta hostil lleno de monstruos. Es también un libro cuya acción y ritmo nunca decaen, muy bien escrito y adictivo a pesar de que en su argumento no encontramos ninguna gran novedad. Al ser un libro autopublicado sólo está disponible en el inglés original, pero lo que sí está claro es que voy a acercarme a otras obras de este autor.

4. Crónica del rey cautivo (Víctor Blanco). Otro descubrimiento, y uno que además tiene un gran significado para mí ya que ando en una búsqueda personal de autores de fantasía en español que encuentre realmente destacables. Esta es una novela de fantasía heroica que sorprende en primer lugar por construir una estética de ambientación hispana en contraposición a la atmósfera medieval que suele predominar en el género, y además por tener un argumento muy bien cuidado que no agobia al lector desde el principio a base de mitología. No soy ningún experto en cuando a la fantasía escrita en español, pero de lo que he leído está entre lo que más me ha gustado.

5. Pasaje a las dehesas de invierno (Francisco Jota-Pérez). A Francisco Jota-Pérez, en cambio, lo vengo leyendo desde hace tiempo, y a pesar de que mi favorito de sus libros sigue siendo otro, Pasaje a las dehesas de invierno es el que más ha logrado conectar conmigo. Nuevamente estamos ante una obra difícil, inclasificable en su mezcla de ciencia-ficción y relato sobrenatural acerca de la muerte, el Doble, y la metafísica oculta de la ciudad, temas que en cierta forma ya tocaba en su novela anterior, Aceldama, pero que aquí están expuestos de forma mucho más accesible e intimista, y al menos en lo que a mí respecta, mucho más cercana. Requiere un tipo especial de lector que se acerque a ella, pero es un libro singular que no se parece a nada que yo haya leído antes.

6. Memory of Water (Emmi Itäranta). Otro descubrimiento. No conocía nada de la finlandesa Emmi Itäranta cuando el libro cayó en mis manos, y antes de ponerme con su lectura lo vi clasificado siempre como literatura juvenil, muy probablemente por su ambientación post-apocalíptica (erróneamente llamada «distópica» hoy en día) y su protagonista joven y femenina. Sin embargo, es una novela con un subtexto muy adulto, y su estructura de tragedia griega carece de la acostumbrada condescendencia hacia su protagonista que tanto abunda en las obras dedicadas al lector joven-adulto. Recientemente fui informado de que hay una edición en castellano publicada por Ediciones B, así que va doblemente recomendada.

7. Revival (Stephen King). Un nuevo lanzamiento de Stephen King es siempre un acontecimiento para mí. Los que me conocen personalmente saben que en este sentido es para mí muy difícil ser objetivo cuando hablo de él. Aún teniendo esto en cuenta, Revival es, de sus últimos libros, uno de los que más me han gustado. Algunos de los temas que subyacen en él ya habían sido tratados por King en muchas ocasiones: la adicción, la muerte del ser querido o el poder en ocasiones seductor y aplastante de la religión, pero lo que la separa de las demás es probablemente sus referentes. King ha construido con su historia de un predicador obsesionado con el Más Allá una excelente novela de horror cósmico deudora de autores clásicos como Arthur Machen o el propio Lovecraft, y además tiene uno de los mejores finales que le he visto escribir. Muy recomendada.

8. La primera ley (Joe Abercrombie). Aquí estoy haciendo algo de trampa porque este espacio va dedicado no a un único libro sino a la trilogía entera de La primera ley (The First Law), compuesta por los títulos La voz de las espadas (The Blade Itself), Antes de que los cuelguen (Before They Are Hanged) y El último argumento de los reyes (Last Argument of Kings). Sobre Abercrombie ya se ha hablado mucho, casi siempre girando en torno a su aportación a la fantasía épica con el «grimdark» (un término que debo reconocer no me gusta mucho), pero yo aquí quiero destacar otra cosa: el mismo Abercrombie ha mencionado en ocasiones que lo que buscó con esta trilogía no era tanto construir un argumento (que es realmente algo secundario en las tres novelas) como ver a dónde podía llevar a lo que se considera como los clásicos arquetipos de este género: el bárbaro, el príncipe, el mago, puestos en una situación límite. Es ahí donde está lo que realmente me interesa y lo que creo que sacará incluso un lector que no esté acostumbrado a este tipo de historia. Puntos extra además por tener uno de los mejores villanos jamás creados en este género.

9. The Martian (Andy Weir). Durante mucho tiempo escuché hablar de El marciano como una de las grandes joyas de la autopublicación, y decidí leérmelo cuando ya teníamos la película prácticamente encima. Es básicamente el relato de un náufrago en Marte y una novela con un mensaje profundamente pro-ciencia, pero también una novela llena de humor, con un sentido de la aventura genuino y narrada de forma muy convincente y «realista», hasta el punto de que yo no sé si la ciencia que se menciona en sus páginas es real o no, pero aún así me la creo.

10. 12 grados de latitud norte (varios autores). La aportación venezolana de la lista. La ciencia-ficción en Venezuela todavía tiene un largo camino que recorrer en cuanto a tradición propia, pero el trabajo acometido en esta antología es un gran paso adelante. La variedad de estilos es notable, aunque sí es cierto que la mayoría de los cuentos son de corte clásico y poco dados a la experimentación. Aún así, se hace indispensable como guía de nombres que habrá que seguir de cerca, y la historia incluida en el prólogo de cómo se hizo realidad esta colección a partir de un grupo de amantes del género dentro de un recinto universitario casi podría ser un relato en sí mismo.

11. Perdido Street Station (China Miéville). «Descubrí» a China Miéville gracias a unos amigos de cuyo criterio me fio mucho, y a pesar de su extensión, Perdido Street Station es la novela perfecta para acercarse a él. Es difícil de clasificar dentro de un género específico porque mezcla elementos de fantasía con una ciencia-ficción retro-futurista en el que la raza humana convive con otras especies inteligentes en un mundo donde magia y tecnología son indistinguibles una de otra. La historia es lo de menos (va de unos monstruos que atacan la ciudad y unos héroes que deben detenerlos) puesto que lo importante es el inmenso mundo que su autor ha creado y los incontables recovecos de mitología que se encuentran en sus páginas. Es un libro que desearía haber leído hace mucho tiempo, y fácilmente está entre los más admirables que he leído nunca.

12. The Builders (Daniel Polansky). Finalmente, la mayor sorpresa que me llevé en el 2015 fue esta pequeña novela de Daniel Polansky que, hasta donde sé, no tiene de momento traducción en español. Aunque tiene muchas de las formas estéticas de una obra de fantasía épica, en realidad es un western, sólo que con alguna que otra espada y con todos los personajes interpretados por animales, de los cuales la especie a la que pertenecen está completamente ligada a su personalidad. Es muy breve, con capítulos muy cortos (algunos son sólo un par de párrafos) y su argumento de venganza es muy básico. Pero es también una novela muy bien escrita y que sabe perfectamente cuáles son las constantes y puntos fuertes del género que toca. También es increíblemente violenta. Espero de todo corazón que alguien esté pensando ya en convertirla en un cómic o en una película de animación porque no hacerlo sería, honestamente, un puto crimen.