
El sueño de los muertos es la segunda entrega de la saga El segundo ocaso, un muy ambicioso proyecto de seis novelas (cuatro de ellas publicadas en el momento de escribir estas líneas) de la escritora Virginia Pérez de la Puente. Debo señalar que los dos primeros libros de la saga se pueden leer en cualquier orden, aunque me pregunto hasta qué punto esto ha sido una decisión artística de su autora y no una auto-imposición fruto de tener los derechos de ambos libros en editoriales distintas, una situación muy incómoda que por desgracia conozco bien.
Quiso la suerte que este fuera el más largo de los cuatro libros que me había prometido reseñar para octubre, y debo decir que de las cuatro obras es aquella a la que le tenía más ganas. El motivo es que ya había leído hace algún tiempo la primera entrega, La elegida de la muerte, y me había gustado mucho. Recientemente la he vuelto a leer para preparar esta reseña y me ha seguido pareciendo igual de buena, así que si no la han leído y les gusta el tema de la fantasía épica, les recomiendo encarecidamente que lo hagan.
Hasta donde he leído al menos, la obra de Virginia Pérez de la Puente no es realmente rompedora en lo que se refiere al género que toca. Tanto en este como en los otros libros suyos que he leído encontramos varias de las constantes de la fantasía épica que ya conocemos, pero con todo y eso hay espacio para elementos propios que con el tiempo no sólo he aprendido a relacionar directamente con su autora sino que también demuestran un interés por construir una obra sólida y coherente. Uno de estos elementos es quizás la creación de un sistema de magia que depende de las relaciones interpersonales, en los que el poder mágico que (en la mayoría de los casos) constituye el argumento principal casi siempre tiene que ver con un «vínculo» creado entre los personajes; ocurre en La elegida de la muerte, ocurre en cierta medida en Hijos del dios tuerto (novela perteneciente a otra saga distinta de la misma autora) y ocurre por supuesto en El sueño de los muertos. Este aspecto sobrenatural es quizás lo más interesante que la novela tiene.
Fiel a su estructura y aspiraciones de novela-río, en El sueño de los muertos hay cuatro tramas que se mueven paralelamente: los intentos de Danekal, príncipe heredero de Novana, por resolver el misterio tras el atentado a la vida de su padre; una extraña magia presente en almas gemelas con la que Danekal por lo visto tiene una fuerte relación; una inminente invasión al reino de Novana por parte de unos viejos enemigos, y una sangrienta y muy gráfica descripción de un culto que comienza poco a poco a apoderarse del reino vecino. Estas cuatro tramas paralelas construyen un libro más complejo y elaborado que la primera parte de la saga, sin duda alguna, pero esta estructura es también, en mi opinión, su debilidad.
Aquí está el problema para mí: estas cuatro tramas son relatos prácticamente independientes sin casi conexión entre ellos. La primera, aquella de Danekal investigando el atentado a su padre, no parece tener la más mínima importancia para el personaje principal, quien constantemente deja dicha búsqueda de lado como si le molestara, y la cuarta trama, aquella de la secta religiosa, es algo completamente aparte que no tiene ninguna relación con las demás, por lo que resulta obvio que se trata de material de preparación para futuras entregas. Esto de por sí no me parecería ningún problema, pero es que los otros dos argumentos tampoco parecen ser tratados con la relevancia que se debería dar a una trama principal.
Es así como, por ejemplo, la trama acerca de aquella magia que une a Danekal con una misteriosa mujer en sus sueños es algo a lo que se le dedican suficientes páginas para que, en teoría, fuera el argumento principal, pero resulta demasiado críptico y ambiguo para ello; la naturaleza o las reglas de dicha magia no se nos revelan sino casi hasta el final, y cuando lo hacen es de forma muy apresurada y basada principalmente en diálogos de exposición, sin el descubrimiento gradual que se daba en la primera novela, y en cambio con escenas un tanto reiterativas que repiten constantemente lo que parece ser el motivo principal de esta magia: que los protagonistas no pueden estar separados. Este concepto ya queda claro desde la primera escena pero por lo visto el libro necesita repetirlo en muchas ocasiones.
En cuanto a la última de las subtramas, aquella de la invasión, se trata muy previsiblemente del clímax de la novela, pero la manera como llegamos hasta ella se siente muy distanciada del resto del argumento, por lo que en ningún momento llegué a sentir esa invasión como una amenaza que se iba formando. Por el contrario; mucho más aterradora era la posibilidad de una lucha con la secta antes descrita, pero al final esa trama sí que fue dejada de lado y «resuelta» de una forma un tanto abrupta sin dejarla en un punto emocionante para el siguiente volumen.
Aquí está mi conclusión: como libro, El sueño de los muertos me ha parecido una obra mucho mejor escrita que La elegida de la muerte. Los tres años que separan ambas novelas muestran una gran evolución en la técnica de su autora, sobre todo en los diálogos y en el uso del lenguaje, infinitamente superior en este segundo tomo. Tiene además un ritmo más ágil, un manejo mucho más maduro de la subtrama amorosa, y me gusta el uso de los diálogos como exposición a pesar de que en ocasiones, como decía antes, pueda ser excesivo. El caso es que a pesar de estar mucho mejor escrita, el argumento no me ha atrapado tanto como en la primera novela, y peca quizás de ser un tanto larga y dispersa en ocasiones, hasta el punto de que me cuesta realmente decir cual es la trama principal, a juzgar por el tratamiento que se le da.
Pero con todo y eso es un libro muy interesante, con una voz propia, y enmarcado en el que quizás sea uno de los proyectos más ambiciosos con los que me encontrado en la fantasía en castellano. Sólo por eso ya vale la pena, y el resto de la saga caerá con toda seguridad ante mis ojos.